Penitencia eterna de amar sin ser amado

Pocas veces se conoce gente tan deprimente, se le nota en el caminar, en la ausencia de su mirada, en el simple hecho de respirar tan hondamente.

Me pregunto cómo es que se pierden tan fácil las ganas de vivir, es como si le pesara el mismo aire que solo la pasa rozando levemente.

No ha de tener amigos o familia que la apoye en momentos de soledad… O simplemente es una ermitaña, alejada del mundo y de sus banalidades.

Mira cómo se le sale la incertidumbre por los poros de la piel, una piel grisácea y acartonada; fría y seca por el paso de los años seguramente.

Sus ojos ya no tienen luz propia, son sólo un par de ventanas al mundo exterior y si los ves, sólo reflejan un cuarto vacío, solo, sin alma.

Alguna vez debió ser normal… Sí, así como todos los que empezamos a amar, pero ella ha de haber sufrido la desventura de un mal amor, de esos que te dejan sin alma, que te acaban las ilusiones llevándoselas de un solo tajo.

Sólo se escucha su respiración lenta, pausada, agotada quizás de luchar, de aparentar felicidad cuando nunca la ha sentido; es más no la ha conocido aún.

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¿Pero acaso la vida ya no le tiene nada preparado? sólo vivir así… En esa inmensa soledad que la esta consumiendo dia con dia.

¿Tan malo fue su pecado que su eterna penitencia es la esclavitud de la amargura en la que está sumergida?

¿Cuánto daño habrá hecho? no lo comprendo…

…si su único pecado fue amar, entregarse en cuerpo y alma al amor o a lo que ella consideró amor, porque lo que nadie le explicó jamás es que amar no es dolor, que amar debe ser la más pura expresión de entrega entre dos personas que tienen el mismo sentimiento, nadie nunca le dijo que amar es respeto, es un abrazo sin palabras, de esos fuertes que te sacan los miedos y te aceleran el corazón, acomodando el alma en su lugar, de donde nunca debe salir.