Poemas a un trastorno
El día que te perdí, me juré a mí misma que no pasaría ni un solo día más sin decirte que te amaba. El día que te fuiste, quise arrancarme la piel y beberme mi sangre por sentirme culpable y permitirme no mirar tus ojos por última vez. El día que supimos que pasaba algo dentro de tu cabeza que no era normal, que tú veías el mundo de una manera diferente y sentías todo de una forma extraña a la mía, ese día mi mundo se calló a pedazos.
Todos los días el cielo estuvo gris.
Ese era un día especial, lo recuerdo perfectamente, cumplíamos otro de esos ciclos que celebramos cada mes, un ciclo importante. Había estado pensando en tu regalo y no pude darte nada, no pude volver a verte durante un buen tiempo, no pude tocarte una vez más, no pude caminar, ni reír, ni volar. No pude encontrar la felicidad en ninguna palabra.
El día que desapareció tu inocencia, nos destruimos. Ese día comenzó un camino largo a un destino corto, ese día entendimos muchas cosas y tus síntomas encajaron a la perfección. Observé que nada de eso era culpa tuya y que el hombre del que me había enamorado todavía seguía ahí dentro, muy dentro de ti, con esperanzas de volver a ser el mismo.
Ese día me di cuenta de que nunca se me acaban las lágrimas, ese día noté que el tabaco me hacia dejar de llorar, ese día sentía frío en medio de una calle y nada pudo abrigarme más que el recuerdo de ti. Ese día mi mente no podía parar, no podía dejar de buscar la manera de verte, no podía abandonar la idea de amarte, ese día quise impedir que te fueras y todo mi miedo, ese miedo que jamás existió llegó y se llevó todo de mí.
Ese día entendí perfectamente que no quiero pasar ni un solo día por el resto de mi vida lejos de ti. Ese día dejé crecer mis esperanzas de que volvieras y pudiéramos juntos crecer y cambiarnos. Ese día supe que en realidad lo que sentía por ti era amor verdadero, incondicional, puro, irracional, hiriente, etéreo, un amor tan real que es lo único que puede curar las heridas de mi espíritu, las grietas de mi alma y encontrar los bloques quebradizos de mi corazón.
Ese día, es un día que no podré olvidar nunca, porque supe que a pesar de todo, eres la persona correcta para mí.
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MonzerrathRiv. Soy amante del café, el chocolate y otras porquerías. Peliroja, veinteañera y Mexicana. Me gusta encontrarle defecto a todo, siempre tengo frió.
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