Querida amiga… Escribo esto por tu traición
No importa cuántos enemigos tengas, hay una verdad absoluta; ellos jamás te traicionarán y tus amigos, bueno; ellos podrían hacerlo.
Aceptar este hecho es difícil, asimilar que te pase es una catástrofe y tú, ‘amiga‘; me has hecho sentirlo en carne propia. Pues tú mi confidente, mi hermana, me has robado el alma mía, el amor de mi vida, el hombre que alguna vez; fue mío.
Detente, no intentes siquiera dar explicaciones absurdas, la realidad es que no he venido a agredirte, sino a enfrentar mi demonio antes que ne hostigue toda la vida. El daño está hecho, remendar un error así, es tanto como pegar un jarro que ha sido fracturado y que nunca volverá, a su natural estado. Simplemente quiero decirte que es lo que siento y marcharme para no verte jamás.
Algo conmigo y con él tuvo que haber estado muy mal para que tomara la decisión de buscarte. No puedo culparte pues estoy segura, no le obligaste. Sospeché que había alguien, más nunca pensé que fueras tú. Y cómo suponerlo, si tantas veces confesé a tus oídos mi eterno amor hacia él. No se supone que sea natural que te enamores de un hombre ajeno, cuanto más del hombre de tu amiga, quisiera preguntarte por qué, más tu respuesta será un gesto inútil por remediar un poco el incómodo instante que debes estar pasando ahora, porque te veo, y por lo menos debo a aceptar que tienes vergüenza, cuando menos eso, que el cariño faltante se lo diste a él en el primer beso.
Nada en la vida podrá cambiar la imagen que de ti me llevo. Ciertamente fuiste una gran amiga, el único problema es que no supiste conservarme y respetarme. Ni te disculpes, lamentar no arregla este hecho, más bien lo empeora puesto que aparte de haber traicionado, también serías hipócrita, y es que aunque duela aceptarlo, fuiste una buena amiga, pero no fuiste la más leal. No lo dejarás a él y sinceramente no lo hagas, muy a pesar de que me ame, ya no recibiré migajas y menos estaré para él.
Si se enamoró de ti, es que conmigo no encontró lo que necesitaba. Ambos me traicionaron, así que ambos vivan con ello. Aunque lo amo, nada lo cambia. Más siempre he dicho, nada a fuerzas funciona y para rogar, bueno; estoy segura que nada voy a remediar, pues aunque quisiera estar con él, voy a desconfiar cada instante. Eso no es vida.
No pensé que tantas aventuras y locuras contigo terminarían en este momento. En el instante en que decidiste que sus labios serían para ti serenos y en mí, en mí sólo veneno.
No voy a juzgarte, mucho menos seré tu enemiga. No puedo cambiar lo que está hecho pero recuerda que en mi melancolía siempre tenderé a culparte, pues el daño que me han hecho es un daño irreparable.
Voy en este instante a desearte lo mejor del mundo, francamente quisiera golpearte, pero no merezco humillarme, por alguien que ya no me ama. Si ahora se encuentran y han sido felices, sencillamente deseo tengan mas días de estos aunque a cierto tiempo ustedes nunca vayan a dejar de ser aquellos que no saben lo que quieren.
Amiga, al final las cosas terminaron donde debían. Cuídense ambos de sus amores que este amor que ustedes tienen, cargan a cuesta una irremediable culpa. No puedes cambiar los hechos, no puedes calmar el dolor mío de haberlo perdido, de verdad no quiero que den disculpas, solo lo que quiero es que asuman el hecho que no es lo mismo aquí en la tierra como en el infierno. No quiero culpables solo un responsable de este lamentable hecho.
Me has traicionado, la que era mi amiga. Sé feliz con lo que ganas y olvida ya lo que pierdes, que en este mismo momento de mi no tendrás ni siquiera un lamento. No queda nada fuiste mi amiga, no queda nada ahora desearía, que hubieses sido mi peor enemiga.