Recibí una carta de mi padre mientras dormía
Ayer te escuché decir con gran sentimiento: La vida no me quiere, soy un fracaso jamás llegaré al éxito. Al escucharte me puse un poco triste y decidí escribirte esta pequeña pero significativa carta:
Querida hija, la vida siempre te va poner obstáculos que tú debes ir pasando y lo vienes haciendo desde niña o ¿no recuerdas la vez que tropezaste y yo no estuve ahí para levantarte?, ¿sí recuerdas lo que hiciste no?, te levantaste y seguiste caminando, porque a pesar de que no estuve ahí, te lo indiqué desde el corazón.
¿Recuerdas cuando tu hermano lloraba y te abrazaba a ti y tus hermanitas porque yo ya no estaba ahí?, ¿sí recuerdas lo que hiciste mi pequeña?, abrazaste a tus hermanos y les diste inconscientemente un poco de mi amor y calor.
Las veces que fuiste a tus concursos de poesía, lectura, canto, conocimientos y demás actividades jamás te rendiste y luchaste hasta alcanzar tus objetivos, de verdad hija mía adoro tu tenacidad.
También he sido testigo de cómo los que consideraste amigos o tus pocos amores, te han herido hasta hacerte llorar, pero tú nunca te dejaste, superaste eso con valentía y sin rencores y hoy tienes más cuidado con quiénes entran en tu y a quiénes decides entregarles tu pequeño y gran corazón.
Por eso me puso triste escucharte decir eso; hija a pesar de que ya no estoy, me doy cuenta de tus grandes virtudes, no te dejes doblegar tan fácil. Tú, al igual que tu madre a quien siempre amé, son unas guerreras; tu hermano ya llegó a una meta y hoy te toca llegar a la tuya.
Tal vez hoy te sientes mal porque una de tus pruebas no salió como tú lo esperabas, pero recuerda que tus hermanas te ven como un ejemplo a ti y a tu hermano. Hoy te exijo que te levantes así como lo hiciste de niña, que persistas, que seas valiente, tenaz, que la vida no te haga de esas travesuras de las que crees no poder librarte, ten en mente esto: A la vida le gusta jugar contigo, cuando naces automáticamente ella empieza a jugar contigo aunque no te percates de ello, ella medirá tu potencial, te va probar y depende de ti ganar o perder.
Por ello te exijo que sigas adelante y a pesar de que ya no este aquí, recuerda que yo siempre voy guiando tus pasos, te indico lo que haces bien y lo que haces mal y te apoyaré en todas tus metas, recuerda que TE AMO, mi querida princesa.
Me despido porque estás a punto de despertar y debes ir a tu colegio, hasta pronto mi niña hermosa.