Si es para ti, será…
A veces las relaciones son tan obsesivas, tan enfermizas, que te apegas a alguien que simplemente no te merece, a alguien que no es para ti, no porque sea menos o más, ya que en esta vida nadie es más que los demás; no te merece por las actitudes que toma hacia a ti. Perdemos el tiempo en relaciones que nos lastiman por fuera y dentro, perdemos el tiempo buscando una respuesta, esperando un gesto amable, y no sucede nada de lo que esperamos.
Hasta que sucede que se rompe la relación y comienzas a buscar el camino de regreso a su vida, sólo vas lentamente metiéndote en la boca del lobo aun sabiendo que los colmillos son realmente filosos. Pero esas relaciones siempre existen, existen en la vida de las personas para crearles inseguridades, para creerse incapaces de ser amadas o sentirse tan poca cosa como para esperar algo mucho mejor.
La vida es así y está llena tanto de oportunidades como de riesgos, de éxitos y fracasos; las relaciones se rompen y se vuelven a construir, no se generalizan, existen las que se despegan un poco pero se unen de nuevo y simplemente no se rompen jamás.
Y en tanto y tanto que la vida da vueltas a veces se pierde la fe, porque miras que la otra persona es muy feliz, y tú te estancaste en ese hoyo del cual el escalón para salir esta enfrente, pero tú lo sigues buscando a un lado; aún así, quien toma la decisión de salir o quedarse ahí para siempre, es uno mismo.
Es necesario saber que cuando algo termina es porque ya no hay cabida en nuestra vida para eso, pues algo mejor está por llegar, sin embargo, siempre hay que recordar que si la vida pone a una persona en nuestro camino, para irse o quedarse, se aprende de eso y asimismo hay que dejar que el tiempo haga su trabajo. Pues si es para nosotros, se mantendrá a nuestro lado, con altas y bajas…
Y si no lo es, sólo se alejará y jamás volverá.