Sin puntos intermedios
Le recordé el día entero. Ha de saber que no frecuentemente alguien irrumpe en mi mente de un modo casi ultrajante. Usted fue diferente, violó cerraduras y franqueo fortalezas que años me tardé en construir. Con aplomo, con valor, con ira y con la fragilidad propia de su ser, usted llegó para quedarse siempre, aunque no esté conmigo.
Hay cicatrices perceptibles en su alma que no son visibles para los que no le disfrutan a plenitud como yo lo hago, sus demonios son más sombríos aún que los míos y sus batallas han sido deliberadamente más crueles que las mías. Es usted ese mar turbulento que me ha obsesionado siempre, calmo a veces y turbulento otras cuantas.
Es usted como el océano profundo, a veces da miedo, a veces da paz. Es su alma como el océano profundo, confuso, sublime y el nacer de mis sentimientos; siempre amé el mar, no sabiendo que era usted.
Hay un cúmulo de emociones, sentimientos que se desperdigan en mi piel a su tacto simple. Puedo sentir su temor de perecer en otro intento, más sepa usted que yo conozco sus miedos, sé con lo que lucha, sé de su pose de fuerte caballero de armadura brillante y del alma bella que habita en su piel. Sé de su convicción mentirosa de resignarse a vivir en soledad, pues nadie ha sido capaz de mantener su intempestivo corazón a salvo, nadie comprendió sus esfuerzos, nadie le protegió como usted solía hacerlo, más yo no soy nadie… yo leo en sus ojos el infierno que vive y sepa que no lo sacaré de ahí yo tampoco, pero lo acompañaré en su camino y veré que cruce a salvo del tortuoso lugar.
Le cambiaré la vida y entonces esos demonios serán míos también. Si algo debe temer ahora, es que su caudal, su bello oleaje se extinga, porque eso mismo, yo amo de usted.
No tema, yo le protegeré a usted, como cuando en sus brazos me encuentro y todo está bien.
Me queda poca vida para jodermela toda. A mi edad no debería quedarme con ganas, pero la verdad es que soy muy cobarde y usted llega queriendo partir el mundo y entonces hasta el valor brota, de las entrañas ya no del corazón, de un lugar en el cuerpo que lo desea con todas las fuerzas, con todo el ser. No sé si odiarlo o quererlo, pero vamos dándole salida a este asunto y tómeme, total;