Sintiéndome viva por amar…
Perdí la batalla y otra vez le ganó el corazón a la razón, como casi siempre…
NO, NO QUIERO ENAMORARME, ni querer a nadie, no quiero depender de alguien; de un mensaje, de una llamada, de una visita inesperada, no quiero pensar en alguien todo el día y preguntarme si él también estará pensando en mí, no quiero, pero lo hago.
No sé en qué momento empecé a levantarme con más ánimo, esperando ver algo nuevo en mi teléfono, esperando un mensaje o esperando ansiosa que me respondiera; ni siquiera me di cuenta cuándo fue que empecé a sonreírle más al celular que a las personas a mi alrededor.
Y sí, estoy mal, pero me gusta lo que siento, me gustan esas mariposas en mi estómago y los nervios que me dicen que falta poco para verlo. Odio la sensación de extrañar a alguien, pero me mantiene viva; odio depender de un mensaje, pero ahora lo hago y yo que creí que podría vivir sin esperar nada de nadie. Ahora sólo espero, la vida a veces sólo espera por cosas, por personas, está bien y también es bonito.