¿Sólo lo sentí yo?
No sé por qué te escribo y honestamente no sé ni qué escribir, pero espero que conforme este papel se inunde de palabras, pueda tener más claro el motivo.
Quiero decirte mil cosas que no sé si has notado, no sé si te das cuenta de lo que siento.
Empiezo por decirte que no te esperaba en mi vida, ya me había resignado a quedarme sola un buen rato ya que a veces eso es lo mejor para crecer personalmente, al menos desde mi punto de vista, y como siempre lo que te enseña las mejores lecciones es lo que llega sin que lo esperes.
No creo que este alucinando cosas, desde el primer día que pasamos juntos nos entendimos, hicimos una serie de tonterías, comimos, bebimos, nos paseamos por las tiendas… yo con tu casco de la moto en la mano, orgullosa casi como si estuviera sosteniendo tu mano, me respetaste y nunca me dijiste que te gustaba. Ese día fue donde todo fluyó y cualquier preocupación de mi mente se esfumó. Tú tan espontaneo y yo tan al natural.
Lo repetimos cada que pudimos durante un par de semanas, nos veíamos saliendo del trabajo como si no tuviéramos prisa, cada vez más comprometidos, cada vez más entregados.
Nos escribimos mensajes, nos mandamos fotos, nos platicábamos todo lo que podíamos y siempre ansiábamos vernos. Tuviste tantas atenciones conmigo, me hiciste pensar que te preocupaba que estuviera bien y debo ser sincera: todos esos días me hiciste inmensamente feliz, incluso si no te veía.
Sé que estas cosas tú las sentiste como yo, sé que los besos que me dabas estaban llenos de pasión.
Es por esto que ahora me duele. De un día para otro he notado tu indiferencia, no sé qué paso, y sé muy bien que no fui yo. Quizás sólo eres tú, que me hiciste creer que me querías y que te importaba cuando no fue así, o quizás alguien más llegó a tu vida.
Pero ahora me dejas sola y vacía después de tantas sonrisas y yo no puedo ni siquiera reclamarte, no puedo hacerte ver que estoy sufriendo.