Sólo una mirada bastó…
Al verme a los ojos lograste escudriñar mi interior sin mediar palabra alguna; te diste cuenta de todo mi dolor, de toda mi soledad, pero también pudiste notar la grandeza de mi ser, pudiste descubrir que soy un hombre verdadero con gran valor y visión. No importó tu juventud, solo una mirada fue suficiente y un cúmulo de emociones inundó mi vida desde entonces, pero también me causaste un tremendo impacto, ¿Cómo era posible que pudieses ver dentro de mí con tanta claridad? Estaba atónito, desconcertado, pero inmensamente feliz, pues no fueron necesarias largas explicaciones para que pudieses entenderme.
Esa claridad en tu visión, esa sensibilidad que demostraste me dio valor para dar el siguiente paso y sabiendo que tú podías verme tal cual soy decidí abrirme, te expuse mi vida, mis sueños, mis anhelos. Tu respuesta fue cada vez más asombrosa “-luchemos juntos por esos ideales, eres un gran hombre”. No tuve otra opción que rendirme a tus pies y empezar a adorarte.
En mi intento por descubrirte, me enseñaste a mirar, mirar fijamente a tus ojos, descubrir en esa mirada clara y sonriente un cúmulo de felicidad, un intenso sentir en cada célula de mi cuerpo que me permitió descubrirte también… A través de esa luz que irradian tus hermosos ojos me fue posible ver más allá del tiempo y del espacio. Pude verte y pude verme, pude entenderte y pude entenderme, no tenía otra opción, debía amarte, debía brindarte adoración plena, y aprender a entender tus propios sueños, tus propios anhelos y hacerlos parte de mi vida; una parte tan importante que se convirtieron en bujía que acciona todos mis impulsos, acciona toda mi inteligencia y saca el brillo que había quedado oculto en mi persona.
La grandeza de tu sola mirada permitió que dos seres se encontraran y brillaran con fuerza sinérgica resplandeciendo más que las mismas estrellas, la vida jamás sería igual…
Tu sola mirada bastó para que lo mejor de mi persona fluyera en la vida, y me impulsó a que todo aquello que debía ser mejor, con tu hermosa mirada diaria, se puliera. Tu sola mirada creó un nuevo hombre y cada día con gran vehemencia me alimentó de tu mirada para dar energía a mi propia vida.