Sustituir al ex inmediatamente: ¿Funciona?
A menudo tenemos la creencia de que “sustituyendo” una cosa por otra, una mascota con otra o a una persona por otra lograremos olvidarla o al menos superarla, hacer que nos duela un poco menos, y en ocasiones es así, y en ocasiones sucede todo lo contrario.
Existen personas que en vez de actuar como “clavos”, toman el papel de “martillos” y nos hunden más en nuestra tristeza, nos hacen añorar más a la persona perdida, pues no está ni cerca de ser lo que esperábamos, y a menudo nos decepciona más de lo que nos divierte y es ahí donde comienzan las comparaciones.
Nos la vivimos recordando todo lo que la otra persona hacía bien y la actual hace mal. Pues hay que aceptarlo, con la nueva persona aplicamos la de “Peor es nada”. Y sucede que la mayoría de las veces, en vez de ayudarnos a comenzar a superarla, nos saboteamos y acabamos odiando al “nuevo clavo”, claro, aunque ésta persona no tenga la culpa de nada.
A muchas personas les ha funcionado ésta fórmula, hay casos de éxito, donde incluso ésta experiencia termina en una linda relación, pues con el tiempo y el trato acaban enamorándose, y en efecto, ese clavo si saca al otro. Pero así como en algunos funciona, en otros no pasa lo mismo.
Algunos terminan frustrados porque llegan al extremo de “obligarse” a enamorarse de la nueva persona, a no ver sus defectos, sus carencias emocionales, se ciegan y no se dan cuenta de que no es lo que ellos están buscando, pero la tormentosa soledad y el recuerdo de la otra persona los hace encerrarse en esa idea, los hace conformarse, aunque no estén ni cerca de ser felices con ella.
Pero; ¿qué tan sano es agarrar de salvavidas a una persona? ¿En verdad eso ayuda o nos deja peor? ¿Es sano para nosotros brincar de una relación a otra sólo por evitar esa cruel soledad? ¿Y qué pasa si ese “clavo” termina enamorándose y la otra persona sólo busca divertirse y curarse del pasado? ¿Es justo también dañarlo?
Las opiniones estarán divididas, habrá a quienes si les funcione y a quienes los deje peor, pero como bien dicen “Cada quien cuenta según cómo le va en la feria”. Sólo estemos conscientes, que entrar en ese juego es un arma de dos filos, nos puede ir bien y nos ayudará a salir adelante, aminorará el dolor de la pérdida, o nos puede dejar peor de lo que estábamos, sintiéndonos más tristes, más vacíos, llegando a pensar que “Jamás encontraremos a otra persona como la anterior”. Tal vez sea mejor esperar, darnos un tiempo a solas para nosotros mismos, para aclarar nuestras ideas, acomodar nuestros sentimientos y dejar que la vida fluya, que lo tenga que llegar llegue, todo a su tiempo. Pues muchas veces perdemos algo bueno, porque algo mejor está por llegar.