Te agradezco el Adiós
«Ha pasado más de un año desde aquello, su distancia sigue doliendo y aún ahora está presente como si fuese ayer» ¿Por qué es tan difícil desprenderse?
¿Algunos de ustedes recibieron materias como Dejar ir I, Soltar el pasado II o algo por el estilo? No claro que no, nadie nos enseñó que TODO en la vida tiene ciclos, un inicio y un fin, en cambio, nos esforzamos en retener a como de lugar sentimientos o personas simplemente porque pensamos que el dejarlos ir es sinónimo de olvidarlos. En nuestro interior queremos y deseamos una película diferente a lo que hemos vivido, nos rehusamos a aceptar la dura verdad, y ésta es que no podemos cambiar el pasado.
¿Cómo pretendes volver a reír, sentir dragones en la panza, ver la vida en colores y creer de nueva cuenta en la humanidad si continúas aferrándote a la historia? Sí, da igual que haya sido a una relación o a cualquier otra cosa, llevar esta carga sobre los hombros es muy pesado, es sin dudas algo que nos impide avanzar y disfrutar de la vida.
A veces olvidamos que en alguna oportunidad también dijimos adiós y fuimos trenes pasajeros en la vida de otra(s) persona(s). Nadie te obligó a permanecer en ese momento porque ese derecho, el derecho de «estar» era únicamente tuyo, nadie te condicionó a hacer lo contrario a tus deseos o necesidades y es que la realidad demuestra que el haber compartido grandes o efímeros momentos con otra persona no implica que tengan que seguir el mismo camino forzosamente.
El ser ave de paso en otras vidas permitió darnos cuenta que cada ser que llega lo hace con un propósito y siempre será el aprender algo, el de entregarse mutuamente experiencias de vida. Porque eso sí, no importa de cuánto tiempo estemos hablando, siempre nos quedamos con una enseñanza.
Es válido reconocer que muchas veces nos lacera el hecho de no haber tenido la oportunidad de despedirnos. Por esto, es importante cerrar el ciclo, agradecer a los que llegaron a nuestra historia y agradecer también a los que ya no forman parte del presente porque contribuyeron a hacer de ti una mejor persona, más fuerte, más humana.
No importa que tengas ese sentimiento de desamparo al momento de soltar amarres y cerrar ciclos, desde chicos nos enseñaron que una de las metas fundamentales de la vida es obtener SEGURIDAD, «tienes que asegurarte buenos estudios, un techo, un trabajo, una pareja, etc». En fin, nos meten en la cabeza -como digo yo, sin querer queriendo- el apego a ciertas cosas o deseos que nos garanticen protección y consuelo. Lo siento, pero nada es seguro en ésta vida, salvo que un día tú también partirás. Debemos a caminar sin apegos, sin expectativas, pero con el corazón lleno de esperanza en el presente.
Libérate, suelta, fluye, deja ir sin ningún tipo de reservas todo lastre que no te permite avanzar, no importa si pierdes, -como he dicho en otros artículos-, lo importante siempre será seguir asomándose y dar gracias por la historia vivida. Sí, AGRADECE incluso el que ya no estén, agradece lo que te enseñaron, agradece el tiempo que duró el viaje, agradece la magia que un día nos inspiró, agradece incluso, el habernos enseñado a decir adiós.