Te escribo como si me leyeras
Ojalá pudiera decirte cuánto te extraño, ojalá pudiera hacerte saber que todo esto me está matando; pensé que era fuerte hasta hoy, hasta ahora que tengo que fingir que no me importas, que no te extraño y que nada pasa.
Lo que más me vuelve loca es pensar si me extrañas, pensar si por lo menos en algún momento de tu día me piensas, si extrañas mis besos, mis mensajes, mis caricias, todo lo que hacíamos, eso es lo que más me duele, no saber si me extrañas como yo a ti. Ojalá la parte de olvidar fuera tan sencilla, ojalá no me hubiera permitido acostumbrarme tanto a ti, así no tendría esa necesidad de querer saber de ti.
Sé que pronto saldrás con alguien más y no sé si puede soportar ese dolor, tengo que eliminarte de todos lados, porque ver que alguien tiene lo que yo nunca tuve, me va a romper más el corazón y a estas alturas ya no sé si pueda soportar más dolor.
Terminamos siendo unos extraños que ya ni un hola se dicen, terminamos siendo más extraños que antes y eso es lo más doloroso después de tanto que pasamos, ojalá a ti también te doliera como a mí me duele.
Me siento tan tonta cuando empiezo a llorar por ti, pero lamentablemente, yo no mando en mis emociones ni decido cómo sentirme; si existieran pastillas para olvidar y no extrañar, créeme, ya me habría tomado varias hasta que no quede nada de ti en mi memoria. Tal vez así el dolor sería menos o la nostalgia no me pasaría tanto. ¿Qué haces que no me extrañas?
Aún quiero saber de ti, sé que tú de mí no, pero aún me gustaría saber cómo te fue en tu día, qué hiciste, cómo te sientes, qué comiste, saber si me extrañas.
Sé que tengo que eliminarte de Facebook, no puedo seguir sabiendo que andar por ahí como si nada, como si yo no doliera o dime: ¿Fui tan poco para ti que ni siquiera un «te extraño» me merezco? ¿Tan rápido me reemplazaste? Dime cómo hacerlo para yo también poder seguir con mi vida como si nada.
No sé cuántos días llevo sin ti, sólo sé que duelen como si ya fueran un millón.