¿Te quedas o te vas?
¿Cómo sé a dónde va ésta historia si hoy estás y mañana no? Esto me lo cuestiono a diario últimamente, será que no estoy acostumbrada a los indecisos e intermitentes y tú, cariño, eres el ejemplo perfecto de la persona que no sabe estar. Para estar hay que hacer presencia y no hablo físicamente, hablo de estar comprometido a forjar una historia y una historia se escribe en el presente para que así mañana tenga muchas páginas para ser leída.
No me gustan las etiquetas, así que no cuestionaré la respuesta a la frase típica ¿Qué somos? En un principio pensaba que seríamos dos personas haciéndonos viejitos juntos y compartiendo momentos dulces y amargos, pero viendo como se desenlazan los acontecimientos creo que me adelanté bastante en la relación.
No pido demasiado, pero si tú no tienes idea de qué quieres en tu vida y peor aún, si me quieres en ella, entonces creo que deberías dejar fluir el tiempo y a mí con él. Lo que no es válido es hacerle perder los días a alguien porque sinceramente ambos sabemos que éstos no regresan.
Hay que tener mucho valor para dejar a una persona, pero pienso que hay que tener mucho más valor para QUERER, SER y ESTAR en PAREJA. Lo dicho, te abrí las puertas de mi vida y eso debería ser el mayor regalo para alguien, porque lo único que es nuestro es justamente eso, la vida y lo que ella conlleva. Pero aquí ya no se trata de lo que yo deseo, se trata de que sepas qué quieres tú. De momento vuelvo a dejar la puerta abierta para que salgas por ella si así lo decidieras, pero tengo una petición que hacerte, no te detengas justo en la entrada, estás bloqueando el paso a alguien que definitivamente diste mucho de ser un turista emocional.