Te quiero…
No podía aguantar las ganas de abrazarte,
necesitaba tanto de ti
y me sumergí en tu voz,
en tus palabras que fueron para mí
como una luz entre esta oscura soledad.
Estaba solo en mi habitación,
queriendo esconderme de mí;
pero cerré los ojos, dormí
y te soñé.
Entre mis sueños te abracé
y sentí cómo tu corazón latía en mi pecho,
me diste de tu calor
y nuevamente la vida nacía en mí
sólo porque tú estabas allí,
en mis sueños,
exaltando mis ganas de vivir,
porque en el fondo no quería escapar de mí
sólo quería encontrarme contigo.
Te quiero, te quiero, te quiero y
aunque sólo en mis sueños te lo pueda decir,
me haces falta cuando no te sueño,
cuando las pesadillas me invaden,
cuando mi corazón se cansa de esperar,
cuando llego cansado
y sólo duermo sin soñar.
Te quiero.