«Tenemos que hablar»
La tan temida frase, las 3 palabras que nos estrujan el corazón y nos ponen a dar vueltas la cabeza. Miles de pensamientos nos comienzan a atormentar, sufrimos de un flash-back intentando recordar todo lo que ha pasado con esa persona en los últimos días, algo que nos dé una pista de lo que hicimos mal, de lo que ocasionó que esa frase fuera mencionada.
Y es que nada bueno podemos esperar cuando el “Tenemos que hablar” es pronunciado. Tratamos de estar bien, estar calmados, pero todo nuestro cuerpo comienza a colapsar, sentimos un hueco en el estómago, el corazón se nos acelera, nos entra el nerviosismo, experimentamos todas las emociones en un sólo rato, incluso, nos armamos todo un discurso en la cabeza para convencer a esa persona de que se quede con nosotros, nos preparamos para el contra-ataque, aún cuando ni siquiera sabemos lo que nos va a decir.
Y las horas se pasan tan lentas, el tiempo parece convertirse en nuestro enemigo, perdemos la noción de las cosas, se nos va el hambre, el sueño, andamos distraídos, pensativos, tristes, y la cereza del pastel es cuando esa frase llega acompañada de la indiferencia de la otra persona. Es ahí, cuando sabemos perfectamente que el final es inminente, el cuento de hadas ha llegado a su fin, así, sin más.
He llegado a pensar que el famoso “Tenemos que hablar” es de las cosas más temidas en este mundo, ya que es capaz de ponernos tan mal, que parece que dejamos de ser nosotros mismos, parece que morimos durante unos minutos o unas horas, es como si nuestra alma nos abandonara, nos volvemos fantasmas, estamos, pero no estamos. Y es muy claro que, tengamos la edad que sea, jóvenes, adultos, y aunque ya conozcamos esas palabras y varias veces nos las hayan dicho, nunca, pero nunca, estaremos preparados para recibir el mundialmente odiado “Tenemos que hablar”.