Un viejo amor
Hola, sé que puede parecerte extraño que hayas recibido un sobre con mi nombre al reverso, pero te juro que no es tan malo como parece.
Han pasado varios meses y tu recuerdo no deja de aparecer en mi mente. Sonrisas se marcan en mi rostro cuando me transporto a aquellos días donde pasábamos los atardeceres recorriendo toda la ciudad en tu auto, con buena música, cigarrillos encendidos y carcajadas a todo volumen.
No paro de extrañar tus besos sutiles que solían llevarme a otras dimensiones como si tus labios fueran capaces de detener el tiempo, ni de añorar tus manos sobre mi piel y mi cabello, y tus caricias ligeras sobre mi rostro.
Parece absurdo, pero te extraño. Aunque nunca fuimos más que amigos, tampoco fuimos solamente eso, incluso aunque parecíamos los mejores; y creo que ello es justamente lo que me está aturdiendo, no dejo de cuestionarme ¿por qué nunca fui suficiente para ti? te juro que por más que se me vaya la vida, esa pregunta me dolerá siempre.
Pero ¿sabes? todo el tiempo he creído que cuando una persona aparece en tu camino, no es una simple casualidad, siempre hay detrás un ¿por qué? y en mi caso, me has venido a mostrar tantas cosas. Sencillamente eres una lección bastante importante, crecimiento personal.
Lo que en realidad busco en una persona para que me acompañe en el resto de mis días (o varios de ellos) es lo que a tu paso has dejado en mí. Porque antes de conocerte me valoraba tan poco, que fue hasta con tu llegada que supe que valgo las lagrimas y risas de un hombre; que me abran la puerta antes de subir a un auto por más anticuado que parezca; que soy merecedora de alguien que se sienta orgulloso de ir caminando mientras sujeta mi mano; como también de una persona que sea capaz de vencer su orgullo por no perderme.
Hoy he reflexionado todo eso. A pesar de que no concretamos una relación como nos marca la sociedad para que sea «correcta», la nuestra fue perfecta, tuvimos una historia maravillosa; por eso es que te extraño y probablemente una parte de mí siempre extrañe algo de ti, no fuimos novios, pero descubrimos lo fascinante que puede resultar el pasar tus minutos con alguien; tampoco duramos demasiados meses, pero cada día a tu lado valió toda la pena del mundo. Y bien, es cierto, tampoco fuiste mi primer amor, pero te juro que te quise con cada parte de mí y se sintió como si antes de ti nunca hubiese existido alguien.
Parece que éste montón de letras no tienen sentido ni finalidad alguna, sin embargo sí la tienen y es agradecerte por mostrarme que la perfección aún no ha sido descrita ni inventada, y que a veces un final sí puede ser feliz, porque al esbozar una sonrisa cuando te recuerdo, sé que viví algo que aunque muchas personas no logren comprender, me arrancó momentos para recordar una eternidad, porque todavía vibran mi estómago y corazón al pronunciar tu nombre.
El amor junto con ésta sociedad, van evolucionando y me tocó conocerte por azares del destino en mi juventud, donde actualmente ya nadie busca compromisos ni «perder su mejor etapa» aferrado a una relación. Si en otra vida me dieran la oportunidad de elegir, te escogería nuevamente a ti cuando ambos hayamos madurado y sepamos la fortuna que es encontrar a alguien que te quiera de verdad.
Me hiciste fuerte con tu decisión de no llevar más allá nuestra relación; menos crédula a las primeras promesas, porque los actos son los que verdaderamente hablan de las intenciones de una persona y más selectiva con mis pretendientes, porque ahora no sólo busco buenos sentimientos en alguien, hoy requiero alguien valiente, inteligente, con metas y ambiciones en la vida.