Una promesa jamás cumplida… Parte I
Ella era una chica realmente extraña, prácticamente era un cero a la izquierda para las demás personas, pero lo que nadie sabía era que ella era la mujer más hermosa que había conocido en toda mi miserable vida y en verdad digo que fue la mujer de mi vida.
La conocí en verano, estaba con unos amigos en una cafetería barata y ella estaba ahí sentada leyendo óscar Wilde cuando uno de mis amigos dijo:
Roberto -miren a la tipa que está ahí sentada
Ian -¿cuál wey?– respondí mientras la veía y pensaba que era una chica estúpida
Roberto -¡la estúpida que está ahí de verde, la que esta leyendo!
Ian -ah… sí… ¿qué con esa? –respondí
Roberto – te apuesto lo que quieras a que no te la puedes llevar a la cama en un mes, es más te apuesto mi carro
Ian – ya estás wey…
Carlos- Hasta crees… Se ve de esas tipas que son unas santas… No vas a poder con esa insípida.
Ian- Ay Carlitos… Todas caen por que caen, así que aquí voy.
Me acerqueéa ella y le pregunté que estaba leyendo, pero ella no respondió así que volví a preguntar
Ian – ¿disculpa qué estas leyendo?
Marina – no tengo porqué responderte si ni siquiera me has dicho hola
Ian- es verdad, soy un verdadero tonto y es que la verdad me convierto en un verdadero tonto cuando veo una chica linda, pero así que comencemos de nuevo te parece… Hola me llamo Ian, tengo 20 años, me gusta cantar y no tengo novia- ella me miro sin expresión alguna en su rostro.
Marina- ¡hola!
Ian – ¿no me vas a decir tu nombre?, porque creo que estas siendo muy grosera.
Marina- me llamo Marina.
Ian – Eres una mujer de pocas palabras.
Marina- tal vez deberías dejar que continúe con mi lectura.
Ian- tal vez puedas leer en voz alta y así tendré ventaja en tres cosas.
Marina- ¿cuáles son esas tres cosas?
Ian- la primera es que continuaré cerca de ti, la segunda es que escucharé tu dulce voz y la tercera será que sabré de qué trata el libro que lees.
Marina- Con una condición: que dejes de ser tan estúpido, porque no me agradan las personas estúpidas
Ian – me parece perfecto, así que adelante.
Marina- deja de mirarme de esa forma ¿quieres?, ya voy a empezar:
Capítulo III
Sí pues, ¿antes de Teleny no había usted amado a nadie?
–Jamás, y es porque, durante algún tiempo, no logré darme cuenta de lo que en realidad sentía.
No obstante lo cual, al reflexionar sobre ello, pude darme cuenta de que bastante tiempo antes había – y así estuvimos durante un buen rato, ella leía apasionadamente mientras yo escuchaba y me decía a mí mismo: Marina tenía unos hermosos ojos verdes y una dulce voz pero al mismo tiempo, me decía a mí mismo que ella sólo era una apuesta y nada más, como muchas otras chicas en el pasado lo habían hecho así que no debía interesarme mucho lo que sucediera con ella
Marina- ¿qué hora es?
Ian- son sólo las ocho- le dije mientras miraba el reloj.
Marina- ya es súper tarde tengo que irme, y tus amigos al parecer ya te dejaron.
Ian- ellos no importan ahora, pero dime, ¿en dónde vives? ¿te puedo ir a dejar?
Marina – es que vivo muy lejos.
Ian- ¿por dónde?, porque yo también vivo lejos.
Marina- vivo por la zona Aldama
Ian – ¿en serio? También yo, hay que irnos juntos.
Marina – Es que no te conozco.
Ian- Pues para que me conozcas mejor, vamos no te voy a hacer nada…
Marina- Está bien, pero ya vámonos.
Así que la llevé hasta donde estaba el auto y le abrí la puerta y en seguida subí para continuar con aquella apuesta en la que estaba seguro que ganaría, pero que sin duda alguna mi futuro me tenía preparado algo inesperado que jamás creí que me pasaría…