Una terrorífica historia… ¡Te erizará la piel!
La verdad no sé cuánto tiempo ha pasado desde que esto me ocurrió; espero que mucho ya… ¿Cuánto tiempo desde que no puedo estar sólo conmigo mismo?… La verdad no lo sé, y es curioso porque en lugar de recordar los momentos felices y agradables que viví con Ella, sólo puedo recordar lo que pasó aquel día; se repite una, otra y otra vez en mi mente. Te estarás preguntando qué fue lo que me llevó a perder todo, bueno supongo me siento mejor al contarlo a alguien… Mi historia es la siguiente:
Todo empezó cuando mi novia Anna y yo (Gabriel) fuimos a un centro comercial a ver una película en el cine, realmente la pasamos muy bien, ese día cumplíamos otro año, otros 12 meses de estar juntos; otro año con la persona a la que mas amaba. Después del cine comimos helado, estuvimos platicando un buen rato, recordando todo lo que habíamos vivido en esos meses , después recordé que sus papás nos dijeron que estuviéramos de regreso a las 8 p.m. miré mi reloj y eran 8:10, así que le dije que nos diéramos prisa o tendríamos problemas…
Así que bajamos deprisa al estacionamiento tratando de recordar dónde habíamos dejado estacionado el auto, cuando lo encontramos por fin, salimos de la plaza con algo de prisa; íbamos a más de la mitad del camino cuando una camioneta nos impactó, en verdad no vi de dónde salió, lo que provocó que perdiera el control y me impactara contra un muro de contención.
Mi primera reacción fue mirar a Anna y asegurarme que estuviera bien, pero ella estaba inconsciente, rápido traté de despertarla lo cual fue inútil, cuando me percaté vi que unos hombres se acercaban a nosotros, sentí cierto alivio pues pensé que nos ayudarían … Lo último que recuerdo de eso fue que vi como la bajaban inconsciente del vehículo; después de eso sólo sentí un duro golpe en mi nuca y me desmallé…
Cuando desperté estaba en una habitación, pero más que una habitación parecía un cuarto salido de las más profundas pesadillas de un niño, el olor era nauseabundo, estaba adornado con velas amarillas y pentagramas invertidos por todos lados; bueno, al menos eso fue lo que recuerdo, ya que aún estaba un poco mareado y mi vista era algo borrosa. Cuando por fin recuperé mis sentidos y traté de moverme, descubrí que era imposible ya que mis pies estaban estirados y unidos con una soga muy resistente, de igual forma mis manos estaban atadas, estiradas en direcciones opuestas, me recordó la imagen de una crucifixión, sólo había una pequeña diferencia: yo estaba invertido es decir con la cabeza apuntando en dirección al suelo, y no estaba sobre una cruz de madera, estaba sobre una mesa de piedra labrada con forma circular.
De pronto se empezaron a escuchar pasos, el ruido provenía de una puerta que se ubicaba justo enfrente de mí, la perilla comenzó a girar y la puerta comenzó a abrirse con un leve rechinido, en ese momento entró un tipo con una daga bastante grande y curva, detrás de él entraron varios más con capuchas que cubrían su rostro; el tipo de la daga se colocó a un costado de mí y los demás encapuchados me rodearon, de inmediato recordé relatos sobre ritos satánicos, que me habían contado en alguna ocasión, secuestraban a la gente y las usaban para hacer sus rituales de adoración, lo que ellos llaman “el cáliz”de inmediato». Me pregunté cuál iba a ser mi destino, así que desesperado y con un tono de voz en el cual se podía sentir el miedo que habitaba en mi corazón dije:
-“¡Si me matan sólo seré una más de sus víctimas, por favor déjenme vivir, seré fiel a sus creencias y jamás diré nada por favor créanme!”
El tipo de la daga al que más trataba de convencer, no me creyó nada y sólo me veía con una mirada fría y penetrante, era como si no hubiera nada de humanidad detrás de esos ojos, era completamente insensible a cualquier cosa que pudiese decirle; pero uno de los tipos que estaban detrás de él, lo tomó del hombro por detrás y le murmuro algo al oído, después de eso tres encapuchados empezaron a desatar los nudos que me unían a la muerte, en ese momento pensé: gracias Dios.
Pero fue muy pronto para cantar victoria, ya que no me imaginaba lo que iba a pasar después: me colocaron una capucha al igual que los miembros de la secta y me colocaron justo enfrente del altar… Posteriormente, me sujetaban dos tipos para que no me moviera, después comenzó a girar la perilla de nuevo y entraron dos tipos arrastrándola a ella, a mi novia, a Anna, arrastrando a la persona más valiosa para mí, arrastrando a la persona en la cual albergaba mis ilusiones y mis sueños; sentí como el alma se me partía poco a poco.
La pusieron en el altar y la ataron de la misma forma en la que yo estaba atado apenas hace unos momentos, el tipo de la daga se acerco a Anna, y ella con la misma voz fría y desesperada con la cual yo había suplicado por mi vida, ella dijo:
-¡¿Qué me van a hacer?!, ¡¿Dónde está mi novio?!, ¡¿Qué le hicieron?!
El tipo de la daga respondió que me tenían en otra habitación, ella muy de inmediato preguntó que si estaba bien, con una voz muy preocupada y débil , los encapuchados que me sujetaban me susurraron al oído con una voz llena de tranquilidad como si no pasara nada malo en ese lugar : “si dices algo volverás a estar atado junto a ella”, eso me congeló la sangre y sólo me limité a observar su martirio, el tipo de la daga le dijo a ella:
–“Esta noche sólo realizaremos un ritual, es decir, sólo nos interesa uno de ustedes…”
Ella ni siquiera lo dejó terminar cuando dijo: –¡Por favor tómenme a mí!, ¡soy mujer soy más pura, debo valer más para ustedes, pero por favor déjenlo ir!
La seguridad con la que ella dijo me dejó pasmado; el tipo de la daga le respondió: – «Está bien tú lo pediste»; los tipos que me sujetaban retiraron la capucha que cubría mi identidad; ella de inmediato me reconoció y con voz tierna, como si nada estuviese pasando me preguntó: “¿estás bien?” Yo sólo moví la cabeza lentamente de arriba a abajo en señal afirmativa; me acerqué a ella y la miré a los ojos, los ojos que alguna vez habían sido cafés y fuente de mis mayores fantasías, ahora estaban rojos, rojos como el infierno en el que estábamos metidos e hinchados por tanto llanto…
El tipo de la daga empezó a acercarse con la daga alzada a la altura del pecho, eso me llenó de miedo pero más que miedo, vergüenza, vergüenza por no poder ayudarla, ni siquiera ofrecer mi vida por la de ella, como ella lo hizo por mí; yo seguía mirando al tipo de la daga, cuando me percaté que Anna no lo veía a él, sino a mí, la miré pero no a los ojos, ya que no tenía el valor de hacerlo… La verdad no recuerdo a dónde veía en ese momento, sólo recuerdo que no era a los ojos, lo que a continuación me dijo, me rebota una y otra vez en la cabeza, al grado que parece que me lo dijera una y otra vez en mi oído… Ella dijo :
– Creo que ambos sabemos que esta es la despedida, así que quiero pedirte dos favores amor: el primero es que siempre recuerdes que te amo y que aun en este momento de miedo y desesperación… Te amo y eso nunca lo olvides.
No pude evitar agachar mi cabeza y derramar lagrimas de dolor; después ella siguió hablando y pidió el segundo favor que quería que hiciera por ella: – “Y el segundo favor es… Sujétame la mano como nuca lo has hecho, porque, tengo miedo, en realidad tengo mucho miedo amor”.
De inmediato sujeté con mis dos manos una de las suyas y ella me apretó muy fuerte, cuando volteé la mirada al tipo de la daga, de nuevo descubrí que ya estaba a un costado de ella… Lo que pasó después, hasta el día de hoy, lo veo en mis sueños, cada que cierro mis ojos para conciliar un poco de descanso veo esa cruel imagen.
El tipo alzó la daga y con un sólo movimiento rápido y certero le enterró la daga en un costado, a la altura de las costillas, como si se tratase de un animal; la mano de mi amada de inmediato se tensó del dolor, no pude evitar llorar como nunca, ella aún seguía viva y también lloraba del dolor, aunque sus labios ya no se movían más. Por la posición en la que ella se encontraba (de crucifixión invertida) provocó que se desangrara más rápido; cuando su sangre comenzó a fluir con mayor rapidez, otro tipo con capucha se acercó con una especie de copa muy grande y la colocó debajo de su costado y rápidamente se fue llenando la copa con su preciosa sangre…
El tipo pasó la copa llena de sangre a cada uno de los miembros para que bebieran un poco de ella. Volteé a ver a mi novia y ella aún respiraba, su aspecto era pálido; ella sólo veía horrorizada lo que hacían con su sangre, mientras que el tipo que le arrancó la vida a mi novia, recitaba lo siguiente: “Carne para celebrar los años venideros, sangre para celebrar los dones que se nos han dado”, después de eso le pasaron la copa al tipo de la daga y tomó un poco, volteó la cabeza en la dirección en la que yo estaba y me dio la copa, me dijo que bebiera, sólo quedaba un poco de el cáliz, obviamente yo me negué, pero él me dijo: “bebe o tendrás el mismo destino de tu novia”…
En ese momento la miré de nuevo y me percaté que aún vivía y me veía, me quedé paralizado por la condición en la que ella se encontraba, cubierta de sangre, pálida y con los ojos ya muy rojos; así que dando muestras de cobardía, de nuevo decidí hacerlo, cuando empecé a llevar ese maldito cáliz, hacia mi boca, el tipo de la daga comenzó a recitar de nuevo: “Un trago más y el cáliz se rompe, devolviéndonos al polvo de donde vinimos… Porque polvo somos y en polvo nos convertiremos”.
Bebí en ese momento, mi novia murió librándose así de su tormento, pero llevándose como última imagen a mí bebiendo su sangre, con tal de no ser asesinado…