¿Vale la pena vivir? Preguntas al aire, respuestas en el interior
Una vida sin reflexión,
No merece ser vivida
Sócrates
Ciertamente todo fluye, nada permanece, ¿ciertamente?; sin embargo, me pregunto, le pregunto a usted, ¿se ha detenido alguna vez, en su corta o larga vida, a preguntarse si es feliz, si ha valido la pena vivir?
Si no lo ha hecho, ahora que lee estas líneas, con todo respeto, permítame preguntarle… ¿es usted feliz? ¿vale la pena vivir?; pero ¿qué tiene que ver la, mi, su felicidad con el que todo fluya, o específicamente, con el paso del tiempo?; pues que así como todo cambia, la muerte un día tocará a la puerta y, le guste o no (a usted o a ella), tendrá que partir de este planeta; y si bien la materia y la energía no se crea ni se destruye, sinceramente no me gustaría, dado que debe ser muy triste, que usted se transforme sin haber sido feliz, sin haber vivido; ¿sin haber vivido?, sí, ¡sin haber vivido!; y es que, si se da cuenta, usted respira, ama, ríe, llora, come, ca… ray; pero así hay millones de bacterias y microorganismos que aún sin reír, llorar, amar… viven, ¿será acaso usted una bacteria terrestre? ¿O habrá algo que le diferencie de ella?; es más ¿se da cuenta que usted está vivo, de que existe?; si es usted consciente de esto, más que felicitarlo, permítame agradecérselo, y si no, por qué no se atreve a preguntar a usted mismo; probablemente la respuesta pueda ser difícil al principio, imagene saber que no es usted feliz, pero el problema no es no ser feliz, la cuestión es saber que no se es feliz y seguir igual.
Todos los seres humanos tienen derecho a ser felices
¿Usted que entiende por felicidad?; es decir toda una serie conceptos y categorías que, aun evitando caer en un relativismo estúpido, en teoría nos ayudarían o iluminarían sobre aquello que nos dicen que es la felicidad; lea bien, sobre aquello que nos dicen, y obviamente que la experiencia y conocimiento de otras personas podrían ayudarnos; sin embargo, a pesar de que somos parte de un todo, este viaje que se llama vida, tiene boletos personales y únicos, porque no hay otro exactamente igual a usted; pero en este primer encuentro, permítame compartirle, por ahora, que una de las acepciones de la palabra feliz viene del latín felix, felices que significa fecundo, ¿es usted fecundo?, y no hablemos de cosas materiales, sino de paz, alegría, amistad, verdadera amistad, no amigos en las redes sociales, etc.; es decir de todo aquello que le dan vida, que lo apasionan, que lo animan; y es que si no se ha dado cuenta, le invito a voltear a su alrededor y descubrir que hay millones de entes, llamados seres humanos que nacen y mueren sin haberse dado cuenta de su existencia, de que están vivos, de que pudieron ser felices, de que pudieron ser ellos y no lo que les dijeron que tienen que ser; y es que estas simples almas, quizá se hayan cuestionado sobre su vida, pero quizá tuvieron miedo…
¿Sabe? Para vivir, para ser feliz se necesita voluntad y valor, valor para atrevernos a romper con tantos prejuicios que nos fueron dados, incluso desde antes de nacer, sí, para romper con todas aquellas cadenas destructivas que han pasado de generación en generación, y que si no actuamos, estamos condenado a repetir; en este sentido, es necesaria la voluntad, porque usted, estimado lector, en su libertad es quien puede actuar en y con usted mismo, nadie va a cambiar por usted; pero para lograr todo esto, es necesario, primeramente conocernos a nosotros mismos, porque ¿cómo voy a cambiar aquello que desconozco? Hombre conócete a ti mismo, se leía a la entrada del Oráculo de Delfos así que para saber qué tan feliz o no es, o al menos qué tan usted; es decir, el verdadero usted y no el que han dicho que es, necesita atreverse a conocerse.
Hace unos días me preguntaba que cómo quería traer más hijos a este mundo lleno de guerras, hambre, injusticia, destrucción, etc; y la respuesta es porque a través de mi experiencia personal, de mi viaje en este planeta, y a pesar de todo aquello malo que pueda haber, deseo compartir con otros seres vivos que la vida es hermosa, que, como dice Facundo Cabral, Vale la pena poner todo el esfuerzo para ser felices, porque para eso nacimos, a pesar de tanto imbécil, corrupto y envenenador.
¿y ustedes qué tanto se conocen así mismo? ¡Atrévanse a conocerse! ¡Urge más seres felices para construir un mundo fraterno donde sea para Todos la Luz, para todos Todo!