Y cuéntame… ¿cómo superaste a tu ex?
Todos en algún momento de nuestra vida sufrimos la ruptura del amor, ese proceso tan complicado y a la vez tan largo y doloroso cuando realmente amamos. Sí, yo también he vivido el proceso y tengo una idea de lo que sientes, más no sé lo que vives.
Hace un par de días se me acerca mi viejo amigo de la infancia y tras pasar horas y horas de extensa plática, risas, anécdotas y demás, me hizo una pregunta que aún estremece en mi cabeza «Oye, ¿y cómo superaste a tu ex?» la seriedad invadió su rostro mientras yo observaba el cómo se iban cristalizando sus ojos y tomando un tono rojizo al esperar mis técnicas que seguramente pretendía fueran infalibles para superar su rompimiento.
-Aún no lo sé, amigo -Respondí con una sonrisa en mi rostro-.
-¿Cómo que no lo sabes? Pero sí ya lo superaste ¿qué no? -Me dijo con su tono de voz al borde del llanto y la angustia de no tener una respuesta-.
-Sí, yo lo superé y tomó su tiempo, como todo, supongo –Le repliqué con franqueza y mucha seguridad en cada una de mis palabras-.
-Pero ¿qué hiciste? Yo no sé qué hacer, ya no quiero sufrir más su partida, es muy difícil mi situación ¿sabes? -Comentaba ahogándose entre su agonía-.
Cada palabra que me decía era un Déjà vu, pues sabía que en algún momento de la vida mis amigos recurrirían a mí como si yo hubiera tenido acceso a ese manual tan anhelado por todos en donde quieres que te explique paso a paso el cómo salir adelante ante una pérdida de esta índole.
-No amigo, no lo sé, -alegué- yo no tuve las mismas experiencias en mi relación que quizá tú llegaste a tener, incluso no duré el mismo tiempo que tú y la persona que tenía a mi lado, era diferente a ti, a mí, a ella. Yo tuve la experiencia de una ruptura más no se equipara a lo que tú puedas estar viviendo, porque incluso el sentir es totalmente diferente. Si buscas en mí un manual donde te diga qué síntomas se presentan cuando ya estás superando a esa persona o el cómo hacerlo, no lo encontrarás y aunque lo tuviera, no te serviría ¿y sabes por qué? -continúe inspirado- Porque el manual que yo he creado me sirvió únicamente para esa relación en específico, ya no me servirá incluso a mí en ningún momento de mi vida, pues ninguna persona se podrá comparar con otra, lo único que te queda es la experiencia y aprendes a identificar aquello que quieres y lo que no quieres para ti. Vive el proceso –recalqué- disfrútalo pues ante todo eso negativo que alcanzas a ver, hay un mundo de cosas positivas que descubrirás.
-¿Cuándo? –cuestionó.
-Vive tu proceso, tú sabrás cuando. –Exclamé cerrando el diálogo y dándole un fuerte abrazo-.
Él en ese momento comprendió que aun preguntando a cien personas la manera en que sobrellevaron esa vivencia, ninguna le funcionaría pues todas y cada una, era diferente a la de él.
Hoy quiero invitarte a que no evites el sufrimiento pues es un síntoma como cualquier dolor corporal que te avisa que algo no está bien. Cuando lo hayas tratado, verás que muchas conclusiones positivas sacarás de eso y terminarás agradeciendo a esa persona que te ha dejado en un estado melancólico por todo lo bueno que has aprendido.
No te precipites, sé que es difícil pero tu momento de estabilidad llegará, quizá no hoy ni mañana, quizá te hace falta experimentar algo más en este lapso para que puedas ver esa luz al final del túnel, sé paciente, ante todo recuerda que, la paciencia y la prudencia… serán tus mejores aliadas en momentos de debilidad.