Amado extraño
Amado extraño:
La luna ya menguó en múltiples ocasiones desde que no hablamos más. Ojalá todavía sientas vibrar tu alma con la misma intensidad que le diste a la mía desde el segundo en que entraste a mi pequeño mundo.
Aún tienes ese rostro que algún día amé con locura, aquellas imperfecciones que se volvieron mi música y son lo que me inspira a querer bailar, gritar, llorar y amar al mismo tiempo… ya sea a mitad de la noche, al mediodía y justo al abrir los ojos.
Aunque decidiste no permanecer a mi lado, debo admitir que continúas inspirándome a diario y en verdad deseo que descubras tu verdadera pasión en la vida, aquello que haga revolotear tu alma de forma única y ante todo, aquello que seas capaz de amar.
Hoy te perdono y me perdono.
Sé que hubo momentos en que parecía preferible estar juntos y ser infelices para no sufrir el dolor de dejarnos ir. Hoy me atrevo a decir que la mercadotecnia del amor nos hizo creer que esa era la fuerza más poderosa e imposible de vencer.
El transcurso del tiempo me demostró que a veces el amor no resulta suficiente.
Finalmente decidimos tomar nuestro propio camino y fue cuando descubrí que no existe cosa más tóxica que el apego, dejó de ser amor en el momento en que comencé a perderme como la mujer que soy.
Podría comparar la sensación que confiere dejar ir a alguien a una herida abierta en carne viva, casi preciada, de esas que disfrutas el dolor porque te recuerdan que eres capaz de sentir.
Para mi analogía, era preferible cargar con un corazón roto que duele bien a admitir que se había terminado, y quizá en un mundo diferente y bajo otras circunstancias podría haber funcionado. Cada quien elige sus propios vicios y yo te elegí a ti con plena conciencia.
El problema con esta sociedad es que cuando vives una ruptura, el ritual implica obligarte a olvidar la mera existencia de ese alguien, a fingir que los errores que llevaron al fracaso de la misma fueron todo lo existente en ese amor.
A borrar fotos, deshacerte de objetos físicos, olvidar que por un tiempo aunque fuera una milésima de segundo fuiste feliz, a confiar en algo llamado tiempo que borrará ese dolor de tu alma. Un nombre que antes suspirabas con cariño se vuelve algo más vulgar y doloroso que una grosería.
Te agradezco, te amo, te perdono y te libero, querido extraño.
Sé que todos queremos que las cosas permanezcan, buscamos por la vida a alguien constante para tomar de la mano, una esencia a la cual nos acostumbrarnos, un estereotipo para amar.
Nos conformamos con vivir infelices pero con seguir viviendo. Tememos estar solos… a arruinados. Te sigo anhelando a toda hora. No pierdas la sonrisa, encontrarás a alguien a quien amar nuevamente, serás feliz una y otra vez.
Te contaré un secreto: la ruina es un regalo, es el camino hacia a la transformación.
Siempre debemos estar preparados para oleadas de permutación continuas. Los dos nos merecemos algo mejor que seguir juntos por miedo a sentir la ausencia, el cambio.
Ese par de años juntos y las miles de experiencias dejan buenos recuerdos a los cuales aferrarse. Te amé todo ese tiempo, eso es un hecho. No pretendo olvidarte ni fingir que no exististe, o maldecirte o tirar tus objetos o quemar las fotos.
Aún te amo, pero es un amor diferente y más sabio, es un amor libre.
Ya no perderé del mapa que también me causaste dolor y yo lo hice de una u otra forma. Nos agarramos con uñas y dientes a la sombra que algún día habitó el árbol que hicimos crecer a base de nuestro compromiso.
Todos quieren la mercadotecnia del amor, la droga. Pero nadie está dispuesto a ir más allá para lograrlo. Extraño mio; el amor ama porque es, por la esencia; ama conociendo sin condicionar el cómo.
Sé feliz, es mi deseo. Te amo hoy y siempre, continuas inspirándome.