Cuando esté sin ti
Bendito frío, llegas justo en el momento correcto para demostrarte que no eres sinónimo de soledad y que el calor no es compañía, sino un estado temporal.
Que el tiempo no lo cura todo, somos nosotros quienes decidimos cuándo morir.
Que siempre vale más abrir los ojos al amanecer y encontrarse con uno mismo que despertar al lado de alguien hueco que ha perdido el corazón.
Que vivir va más allá de no tener con quien dormir.
Que de soledad uno no se muere y que la compañía es opcional.
Que no vale nada estar con alguien que no te hace vibrar.
Que es de poca ayuda tener al lado a una persona que no hace erizar tu piel.
Que no sirve de nada tener compañía si mueres de frío.
Que uno mismo puede sentir calor aun muriendo de soledad.
Que no importa cuánto neve si siempre tienes fuego en el pecho.
Ya no importan más los recuerdos, los sentimientos o incluso el deseo de seguir con esa persona, es nuestro deber como un ser regenerativo por naturaleza el salir adelante, el jamás claudicar, el volver a aprender a caminar sin que nos importe el hecho de que tropezamos al correr; porque nos bastamos de nosotros mismos para sobrevivir a cualquier adversidad que la vida nos ha de presentar sin importar qué tanto nos ha de costar.