Cuando me fui lejos de casa….con él
Domingo por la tarde… Sinceramente estaba indecisa por seguirte, así que rápidamente hice mis maletas, me llevé todo, incluso mis sueños, mis esperanzas y la supuesta felicidad que viviría a tu lado, tantas fueron mis prisas de ese día, que olvidé el llanto de mis hermanas y que mi partida le destrozaría la vida a mamá.
-No te vayas, por lo menos espera a mi mamá- me dijo mi hermana, con lágrimas en los ojos.
-No puedo, dile que vengo en la semana- le dije a punto de llorar, no pude más y la abracé contra mi pecho.
Tomé mis cosas tan rápido como pude, salí de la puerta con los ojos llenos de lágrimas y les di mi última mirada, pidiéndoles perdón en silencio las abracé por última vez…
Él ya estaba en el carro esperándome, sólo pude aventar mis cosas, sin mirarlo le dije:
-¡Qué esperas para arrancar!
-Tranquilízate, ahora estás conmigo, me dijo mientras acariciaba mi rodilla.
Él no entendía ni una mierda, no sabía que dejaba todo por él, que quizá estaba regándola en irme, pero a la vez me sentía tan bien porque sabía que él estaría siempre conmigo (grave error).
-Estarás bien, me susurró en el oído.
-Ya lo estoy- sólo se lo dije para que se tranquilizara (primera mentira de muchas)…
Y así pasaron los días, en las noches no dormía llorando, creo que me atormentaba la idea de estar lejos de casa . Soy consciente de que toda la culpa habría de recaer en mí misma, estaba tan ávida de nuevas experiencias que cuando creí que podrías ofrecerme nuevas sensaciones di pasos ciegos hacia ti, pero después nuestra relación sólo se basaba en estúpidas discusiones que nunca eran en serio o que siempre lo eran, nunca lo sabré, porque contigo todo el tiempo era mirar una capa de neblina, tú sólo me confundías, a veces tenías las palabras precisas para que yo siguiera a tu lado, para seguir creyendo en la persona que eras y a veces te desconocía, pero a pesar de todo, me quede ahí.
Después empezaron tus despedidas y regresos, yo ya no quería más guerras contigo, lo trágico de ésta historia es que pensé que cualquier persona podría querer dañarme menos tú, lo más doloroso fueron las lágrimas que le causé a mamá y a mis hermanas, alejé a gente que me quería por salir siempre en tu defensa, siempre te puse por delante de mí, así que tú no me heriste, yo me dejé herir, tú no me hiciste llorar, yo quise llorar, tú no me dejaste sola, yo confíe demasiado en ti, tú no me dejaste el alma vacía, yo la vacié toda por ti.
Después de todo siempre tenía un lugar para volver y esa era la casa de mis padres. Cuando la vida me torturaba, siempre volvía, cuando tú me dabas esas despedidas tan repentinas e inciertas siempre volvía para buscar los brazos de mi madre. Cuando la tormenta me azotaba de un extremo a otro, yo regresaba a mi casa para buscar entre los escombros pedazos de mí, que dejé por las prisas de seguirte, sí, siempre volvía a mi casa fingiendo que todo estaba bien, como si el mañana me trajera nuevas esperanzas. Siempre volvía porque era el lugar ideal para encender mis luces, porque podía darme una pausa y levantarme para seguir, siempre volvía a la casa de mis padres para escribir un nuevo comienzo…Sólo necesitaba un beso en la frente de mi madre, un abrazo de mi padre, un café caliente, dos cigarros y la mirada de mi hijo en las mañanas para poder continuar esta vez sin ti.