Desconexión

Un día sentí que ella se alejaba. Como una central eléctrica defectuosa, empecé a sentir que ella no conectaba conmigo, me evadía, su mirada perdida vagaba quién sabe por dónde.

Ese día compré las rosas más rojas de la florería, puse en la tarde la canción que oímos al conocernos, incluso compré esa botella de vino que haría la celebración de la noche. Sin embargo, ella ya no estaba. Dejó al irse unas ropas en el suelo y una maleta abierta.

En el refrigerador, ese día más frío que nunca, encontré una nota escrita con letra rápida donde me pareció ver odio y dolor: “Olvídame”

No tuve fuerzas para revisar mi celular, yo sabía que lo había perdido todo por culpa de esa chica que había conocido en la fiesta de unos amigos. Luego vinieron los abrazos para paliar el frío y terminamos la noche juntos.

Ella se enteró, lo vio en mi mirada, entendió las manchas de carmín en mi blanca camisa. Yo tuve la culpa, lo arruiné todo y ahora viviré con la maldición a mi lado.