Esa historia que ya no se escribe, pero que aún duele
Quiero verte en ese jardín lleno de vida.
¿Has sentido esto alguna vez?
¿Has escuchado la historia del hilo rojo del destino, que une a dos alamas desde que nacen?
¿O crees que tú la elijes?
Yo titubeo entre esas dos ideas. Y después de todo lo que he vivido en estos años no le he podido dar respuesta. Yo soy una nostálgica y cursi sin remedio aparente. Si tuviera que culpa a alguien de eso, diría que es por el hogar en que me formé.
Un padre respetuoso, trabajador, responsable, franco, duro y muy amoroso, de una manera que a veces no entendemos hasta que empezamos a vivir y abrir los ojos a el mundo real. Por otro lado mi madre, esa hermosa mujer, sostengo que es el único y primer amor, y es que ella siempre tan linda, atenta, trabajadora, humanista, alegre, de esas personas que brillan por tanta humildad que emanan de su corazón. Seguiría describiéndola pero romperé en llanto pues ya no está conmigo. Pero tengo a ese hermoso hombre a mi lado y él sigue con ese gran amor.
Bueno a mí me tocó conocer el amor a los 17 años (tal vez, un tanto adolescente) y digo conocerlo realmente puesto que hubo un patán antes. Ese amor de preparatoria que tal vez a la mayoría les tocó vivir. Y si lo hiciste sabes que son de los más intensos. En fin, él y yo eramos muy buenos amigos. Y si se trata de abrir el corazón, desde que lo vi por primera vez me gustó ( y mucho).
Wow… Era tan sublime estudiar con él, no querer faltar a la escuela con tal de mirarle y divertirnos juntos. Y ahí estábamos, tratando de disimular que no sólo nos veíamos como amigos, sino como algo más. Es gracioso recordar ya que la pareja implicada (él y yo) negábamos todo. Mientras todos a nuestro alrededor (maestros, compañeros, amigos) podían ver lo que temíamos ver.
Aún recuerdo exactamente cómo nos dijimos que nos gustábamos. Recuerdo haber perdido mis llaves, afuera de casa esperando a que llegara papá o mamá abrirme. Decidí saludarte por mensaje y ahí comenzó todo. Ese día supe que te gustaba y tú también. No podía dejar de sonreír con esa idea en mi mente revoloteando.
No quiero pasar por alto ese día jugando en lo columpios donde nos faltó sol y nos saludó la luna. Como esa canción que parece que se basó en nosotros (Te amo- Franco De Vita, que escucho ahora mientras te escribo). Bueno llegó la cita en aquel parque, en ese árbol donde por primera vez nos besamos y ahora que viene a mi mente, fue hermosamente perfecto (disculpa la estupidez que dije ese día, fueron los nervios).
¡Y ahí comenzó todo! La gran historia de amor que si describiera a detalle, me llevaría más de un día y no sólo uno, sino muchos y aún así temo no escribirlo como fue. Duramos 6 años juntos, alegrías, tristezas, peleas, malos entendidos, pasión, todo (absolutamente todo). Qué te digo… Mientras escribo me aguanto las lágrimas.
Me conoces (relativamente a lo que compartimos esos 6 años) como nadie lo ha hecho y como no me muestro con nadie. Conoces cada miedo más tonto. Y conoces a la peor versión de mí. Yo sin duda también te conozco igual en buenas y malas. Pero si me lo preguntas, creo que yo fui el problema la mayoría de las veces. No te exonero de tus errores.
Pero ahora en la distancia, en estos ya casi 2 años de estar separados pude verme crudamente a mí misma. Pude verte desde arriba y después verte desde lo más bajo. Noté todos esas faltas que nos llevaron ahí, a ese día en que también terminó todo. Sin duda fui un gran desafío para ti, de locuras interminables. Y por eso aún ahora me siento culpable de lastimarte como lo hice, a veces sólo dejo ese lado bueno de mí, para dejar al descubierto mis demonios.
Culpo a mi inmadurez y esa dosis de locura añadida a mi personalidad. Perdóname por todo el daño. Espero logres hacerlo, porque yo sí necesito perdonarme para seguir. ¿Cómo olvidar años de tu vida donde dejas de ti? dejas parte de tu alma que desnudaste y entregaste a manos llenas. Y sé que no sólo yo lo hice, también tú. Y es ahí donde creo que tal vez tú eres mi hilo rojo. Porque aunque no lo diga, aún me preocupa tu felicidad y aunque me aleje, sabes que podrías contar conmigo si necesitaras algo.
Aunque ya cada uno siguió su vida y hemos hecho y escrito nuevas lineas. Sé que no te olvidaré.
Pero nuestros actos nos separaron hasta terminar así, a lo lejos. Ahí es donde creo que uno decide, porque de haber hecho y decidido distinto, tal vez la historia aún estaría escribiéndose.
Escribo esto no para que regreses aquí, y no porque ya no me importes en lo absoluto. El hecho es que descubrirías que ya no somos los mismos. Y que ya tenemos muchas marcas de vida que no lo permitirían. Quiero decirte por ultima vez lo importantes que fuiste, lo que aún eres y lo que siempre serás para mí. Y que aunque me duele y te duelen los errores cometidos. Debemos olvidar los y seguir con mas experiencia. No me debes nada y no te debo yo. Pero sí agradezco todo (solo tú y yo sabemos que abarca ese «todo»).
Pedí y he pedido tantas veces a Dios que te cuide en toda tu vida. Y aunque no pueda volvértelo a decir, sé que seguiré pidiendo por ti.
Me despido con estas líneas de esa canción que nos unió y que me me lleva esos hermosos momentos cada que la escucho sonar en mi lista de canciones favorita; siempre te recordaré.
Lo haremos todo, todo por nuestra cuenta.
No necesitamos cualquier cosa, o cualquier persona.
Si me alejo de aquí, si apenas me alejo de aquí
¿Mentirías conmigo y sólo olvidaríamos el mundo?
No sé absolutamente cómo decir, cómo me siento.
Esas tres palabras dicen mucho, no son suficientes.
Olvídate de lo que dijimos, antes de que seamos demasiado viejos.
Muéstrame un jardín que esté estallando de vida
Deja de perder el tiempo persiguiendo coches alrededor de nuestras cabezas.
Necesito tu tolerancia para recordarme, para encontrarme a mí mismo.
Todo lo que soy, todo lo que siempre fui, está aquí en tus ojos perfectos, son todo lo que puedo ver.
No sé dónde, confundido sobre el cómo, también, sólo sé que estas cosas nunca cambiarán para nosotros del todo.
(Snow Patrol – Chasing Cars)