La parte que murió de ti
No te extraño a ti, no extraño a quien hoy eres. Para empezar, ni siquiera conozco esta versión de ti; y sinceramente no me interesa hacerlo.
Lo que extraño ya no está, ya no existe, es sólo un recuerdo. Lo que verdaderamente extraño es esa parte de ti, de la que me enamoré, esa parte que lamentablemente ya murió. Las causas de la muerte las desconozco, así como el momento exacto en que sucedió. Pues no se me permitió despedirme… Quizá la culpable fui yo, al no darme cuenta de la agonía y por lo tanto de su inminente muerte, es probable que haya podido hacer algo; quizá sí, quizá no, nunca lo sabré…
Me encantaría poder regresar el tiempo para despedirme y poder agradecerte por permitirme conocerte, por lo feliz que fuimos… Por todos y cada uno de los instantes que pasamos juntos, por todas las risas, los besos, los abrazos, por cada gesto y caricia. Me encantaría que esa parte de ti supiera que siempre la recordaré con cariño.
Es verdaderamente triste que esta parte de ti haya sido la que muriera, pues era inocente. Y como todos, nadie es perfecto, pero mezclando esa parte, con todas las demás, se creaba una persona por la que valía la pena pelear. No me explico porqué tuvo que irse y dejarnos con esta nueva extraña versión de ti.
Es lamentable pero no quede más por hacer… Mas que recordar los buenos tiempos, en honor a la parte que murió de ti. Esa parte tan tuya, tan mía.