Lo más bello en mi ser… Eso eres tú
Es una noche fría y lluviosa. Un vuelo y un océano nos separan a los dos. Madrid es bellísima, románticos y eróticos recuerdos emanan de aquél lugar donde estuvimos juntos; pero sin ti, es sólo una ciudad más en este mundo violento y estéril. ¡Dios mío qué estúpida he sido! ¡Debo estar desquiciada! Necesito volver. ¡Que olvides lo que te he dicho y por favor… vuelve conmigo!
¡Te mentí! La verdad es que sí te amo y todo lo que te dije es una mentira. Quise hacerte creer que se había terminado el amor y que ya no me importas; ¡Te he mentido! Es que nunca he querido alejarme de ti.
Francamente estoy asustada. Pues entraste a mi vida causando un revuelo total. Resulta que por ti conocí la alegría y aprendí a hallarle gusto al dolor. Descubrí que la vida es cruel pero existe placer en aquella sublime agonía. Descubrí que soy más femenina de lo que pensé y más irresponsable de lo que asumí. A tu lado nacen los mejores y los peores deseos de mi alma y es que todo es ser libre contigo. Aprendí a darle valor a mis sentidos. Que el color rojo en mi cabello te apasiona y que una cerveza a tu lado es todo un festín.
Me enseñaste que existe un ser divino que desea verme feliz. Que nada sucede por coincidencia y que puedo ser inmortal dejando una huella en el mundo. Me has enseñado a amar mi locura y a saborear mis depresiones y ataques de ansiedad. Que puedo ser todo negro mientras mi corazón no lo sea. Que todo en mí es tempestad y que es lo que amas de mí. Es que escribió Benedetti «…Usted no sabe como yo valoro su sencillo coraje de quererme…» ¡Carajo me amas tanto! ¿Cómo puedo dejarte? ¿Qué clase de idiota soy!
Necesito volver a tus brazos. Sentirme brutalmente inofensiva, para que me des la seguridad que tu sola presencia brinda. ¿Qué pasa por mi cabeza que fui yo quien terminó contigo amándote tanto? ¡Deseándote tanto! Tu cuerpo desnudo cálido y sensual. Tus ojos verdes que se pierden en el éxtasis cuando hacemos el amor. Tus brazos fuertes y tus manos varoniles y grandes que arrasaban mi piel cuando me hacías tuya. Sinceramente y sin rodeos ¡Te amo!. No hallaré nunca a nadie como tú. No existe otro como tú. ¿Cómo pretendí encontrarte en alguien más?
Te quedaste sereno después de decirte adiós. Con tu mirada retadora e intensa, insaciablemente erótica y sádica. ¡Sabías que volvería a ti! Te encargaste de dejar huellas y tus memorias en mí. Esa sonrisa burlona que me regalaste antes de cerrar la puerta. ¡Hechicero maldito sabías que volvería a ti!
Nos puede separar el mundo pero ¡Yo he de volver a ti! Necesito tus besos y mirarme en tus ojos. Es que me rindo a tu imagen porque estoy enamorada de ti. ¡Al carajo Madrid! Lo único que quiero es volverte a sentir.
Tú eres todo para mí, en contraste e intermedio. Alfa y omega, voluntad y sumisión, placer y dolor, pecado y salvación. ¡Hechicero maldito! Entre Madrid y tu amor, está mi cuerpo sediento de ti.
Me amas lo sé y en Madrid aprendí que lo más bello que tengo en mi ser… Eso, eso eres tú.