Los elegidos… Parte 5
Al mirar me quedé estupefacto, era un hombre un poco mayor, se supone que éramos la mayoría de 12 a máximo unos 20 años, ¿Qué hacia el ahí?, estiré mi brazo y me ayudó a subir.
- ¿Quién es usted?… Gracias…
- Yo soy un elegido.
- ¿Un qué?
Apenas terminé de decir eso me di cuenta que mi pulsera tenía un brillo como naranja, eso me empezaba a asustar un poco, seguía con la incógnita, ¿Qué hacía el ahí?
- Sobrevive y sabrás que hago aquí.
- Pero, ¿quién eres?
- Sobrevive y sabrás hasta de más, ¡vete o te mato aquí mismo!
- ¿Qué?
- ¡Te mataré si no te vas!
Me estaba apuntando con un arma y decidí que lo mejor era hacer caso a su advertencia y empecé a correr hacia el grupo, entonces choqué con la chica líder, creo que la asusté, por el impacto ambos caímos al suelo, ella me miraba con cierto desentendimiento y no me quedo de otra que explicarle, la levanté y nos sentamos bajo un árbol.
- Iba a caer por un barranco.
- ¡Ja, de verdad eres torpe!, ¿Por eso venías tan asustado?
- Es que el hombre que me ayudó me iba a matar, tenía que correr o no sobreviviría… Aguarda… ¡Yo no soy torpe!
- Aja… – Mi miró haciendo una cara sarcástica, se veía linda y a la vez me molestaba – ¿Un hombre?, ¿No se supone que éramos los únicos?, digamos que es cierto, dime ¿Cómo estaba vestido?, ¿Qué te dijo?, y dime… ¿Dónde está?
- ¡Es en serio! – Me empezaba a molestar – ¡Te juro que vi a alguien!, Yo iba a caer por ese barranco, el que está allá derecho – Le señalé la dirección del barranco, ella me miraba algo interesada y confundida – Estaba a punto de darme por vencido, entonces me extendió la mano, estaba vestido con un traje negro como el de los hombres que nos vigilaban cuando estábamos reunidos, tenía botas como militares, ya estaba algo grande y me dijo que él era un elegido.
- ¿Elegido?, ¿Para qué?
- No sé, le pregunté y no me respondió, me dijo que si sobrevivía sabría hasta de más.
- No sé si creerte, la verdad me suena algo ficticio, ¿Me puedas mostrar algo más?
- Este… – Entonces observé su pulsera, la de ella tenía un color tipo lila – ¡Las pulseras!, Mira cuando ese hombre me ayudó a la mía se le puso un brillo naranja, la tuya se ve normal, mira – Observó con detenimiento mi pulsera y se veía algo preocupada – No miento, lo juro, tengo una herida aquí en mi mano, ¿Me crees?
- Mmm… Te creeré, algo me dice que estamos cerca del final…
- ¿En serio?
- Supongo, pero ¿para qué se necesitan los elegidos?
- No sé, pero quiero averiguarlo
- Bueno, vamos con los demás, hemos estado un largo rato alejados.
Mientras caminábamos, iba pensando en que quizá, yo quería ser un elegido y para serlo yo tenía la clave: SOBREVIVIR.
Compartirla con mis compañeros, ya era elección mía y sin duda esta noche lo pensaría.