Los hombres las prefieren cabronas
Ahora que por fin salí de vacaciones y que terminé la relación con un parásito quita tiempo, decidí hacer algo productivo por mí; recuperar esa parte intelectual que deje de alimentar porque al señor le ofendía ver que mi nivel cultural era mayor al suyo.
Me dispuse a buscar libros; tengo algunos cuantos guardados en formato PDF; cuando me di cuenta que tenía esta joya de la superación personal femenina; el famosisimo libro «Porque los hombres aman a las cabronas», seguramente me lo pasaron cuando estaba más joven. El deseo de modificar mis parámetros y mi manera de tratar a mis parejas fueron los responsables de que abriera este peculiar libro; como se imaginarán, ¡estoy harta de incluir en mi vida a parejas que no valen la pena!.
¡Carajo!, hubiera leído este libro antes, fue lo primero que pensé lo admito: de haber sabido todo lo que pude evitar, no me hubiese encontrado tirada en cama llorando un mar de lágrimas por un patán narcisista, luego recordé que, como dicen vulgarmente «echando a perder se aprende» (tengo que ver un año de errores de manera positiva, ¿no?)
¿A qué le llaman ser una cabrona?, en realidad, no es un término ni una filosofía nueva, es el mismo principio de nuestras abuelas y nuestras madres, el tan conocido date a desear, una mujer nunca le ruega a un hombre, porque si ésta lo hace, el pierde el interés y sale corriendo. Momento; una mujer que se quiere y se respeta jamás, va a correr tras un hombre, porque entiende que es sólo un complemento, no su felicidad entera.
¿Por qué funciona esta filosofía con los hombres? Primero hablemos de los beneficios que nos aporta a nosotras mismas; independencia, seguridad, autoestima. Cuántas veces hemos hecho la estupidez de dejar toda nuestra vida de lado convirtiéndolo a él, en el centro de nuestra existencia, si a él no le gusta algo lo cambiamos, dejamos los amigos de lado porque a él no le agradan. Los hombres no son todo el pastel, son sólo un pedazo del mismo y de tamaño equitativo en relación a las otras áreas de la vida.
Ellos también se hartan de tener a una mujer encima todo el tiempo, la dejan de ver como un gusto y comienzan a verla como una carga, lo mismo en el momento de la conquista; desde el primer momento nos presentamos como «tapetes» o como «chicas de ensueño» y de verdad que no es feminismo, date cuenta, cuantos pretendientes que no te interesan están rondándote y entre mas los alejas, más quieren acercarse a ti. Lo mismo les sucede a ellos, entre más independencia muestres, ellos van a tener mas interés en «atraparte en su jaula», es instinto , la emoción de la conquista.
Pero no digo que se tome todo lo que dice el libro como una biblia, ya que, una cosa es lo que te dicen que hagas y otra lo que puedes hacer en la vida real, depende mucho de la situación en la que te encuentres; por ejemplo, no puedes ser una chica buena y de repente convertirte en toda una cabrona, porque es un cambio demasiado agresivo que terminará por alejarte de esa persona. Por otro lado, esa idea utópica de que el cerebro controla la relación es solamente eso, ¡una utopía!, el corazón nos domina en su mayoría, así que, no puedes pensar en ser una cabrona fría que no tiene sentimientos,que en todo caso, si no tienes sentimientos. ¿Para qué demonios quieres alguien a tu lado?.
Contestando la pregunta de si los hombres las prefieren cabronas, es posible que sí, pero no en el sentido que todos nos imaginamos, la imagen de la mujer maltratadora y abusadora que es mala, fría y calculadora. Ellos quieren a una mujer fuerte, segura e independiente que comparta su vida con ellos, no a una mujer débil, insegura y dependiente que simplemente llegue a echarles la carga de su propia vida en la espalda, o acaso ustedes mujeres, ¿quieren a un hombre que les deje todo el trabajo a ustedes?.
Si quieren leer el libro y sacar sus propias conclusiones háganlo, pero no lo tomen al pie de la letra, si te identificas como un «tapete»; antes de preocuparte por conquistas, dedícate tiempo a ti misma, el valor que tenemos como mujeres, no es el que se mide cuando tienes una relación amorosa ni el que se mide por el número de pretendientes que tienes, como tú te veas es como te van a ver los demás.