No quiero ser una princesa, quiero que me hagas sentir como reina
Un final feliz de esos de cuentos de hadas, no, ya no aspiro a eso; simplemente porque sólo son historias inventadas para que cuando somos pequeñas nos imaginemos al príncipe azul bajando de su hermoso corcel blanco y nos rescate de la bruja malvada.
La vida real es más que eso, es más que un guapo príncipe, hadas y dragones. En la vida real uno se forja su propio destino, no como en esos famosos cuentos, que todo ya está definido y termina con un: vivieron felices para siempre.
Lo único que quiero es un hombre de verdad, no un príncipe azul que sólo me haga creer historias que van a desvanecerse a la primera hojeada del libro.
Un hombre, que a pesar de encontrarme mil defectos, me siga encontrando encantadora y no sólo me diga princesa, sino que me haga creer una reina.
Un hombre que me haga sentir protegida ante cualquier dragón o bruja malvada que lastime mi integridad y lesione mi ya gastado corazón.
Sé que es mucho pedir, pero eso es lo único que quiero, ser feliz; ahora el mundo es tan real que duele en cada respirar, en cada suspiro.
Sólo quiero dormir con alguien que sé que estará conmigo hoy, mañana, ¿siempre? No lo sé, sería lo ideal; pero eso ya sería creer una vez más en una historia color de rosa, cuando lo que quiero es que me hagan volver a creer en el amor, ese amor que te hace suspirar por cualquier motivo, que te corta la respiración y que te hace dar besos largos, suaves pero apasionados.