¿Por qué me aferro a ti?
“Siempre pensé en un futuro para nosotros dos, fuiste todo para mí”.
Recuerdo cuando te conocí, la perfecta ocasión en la que por primera vez te vi, esa vez cuando salimos y la ilusión con la que nos tomamos de la mano para empezar una de las más hermosas historias de amor. Nuestras tardes de lunes en la plaza, los miércoles en el cine, los jueves en tu casa para comer, lo sábados con tu familia y los domingos de aventura por la ciudad. Confieso que esos fueron los momentos más increíbles que viví con una mujer.
Sigo añorando todo lo que nos dimos, sin embargo, el tiempo de los dos se esfumó y no puedo regresar para cambiar el destino; me arrepiento de todo lo que hice mal, de llenarte de inseguridad, que dudaras del gran amor que sentía por ti y de lastimarte sin que yo me diera cuenta a tiempo. El destino me castigó por subir al árbol del amor y la pasión, de volverme adicto a tu piel y luego perderte repentinamente cuando más estaba enamorado.
Confieso que te convertiste en lo más valioso que tuve en mi vida. Créeme cuando te digo que me arrepiento de todo el daño emocional que ocasioné, créeme cuando te digo que actué con inmadurez al insistir de que me perdonaras. Pero también quiero que sepas que no era necesario que me lastimaras para que estuvieras segura de que te quise con toda el alma. Ahora me doy cuenta que tuviste miedo y que te faltó más coraje para quererme como tanto lo jurabas. Lo único que era necesario, es que tuvieras el valor de aceptar que fui importante para ti, que no tuvieras miedo a enamorarte. Sobre todo sabiendo que yo estaría para apoyarte, que yo sería el hombre de tu vida. No era necesario que nos separáramos.
Comprendí que no debo hacerte daño, si para cuidar tu bienestar me tengo que ir definitivamente de tu vida, lo asumiré, aunque me duela. Tengo miedo porque no quiero perderte, pero quiero tu bien a costa de todo, conmigo o sin mí… creo que eso también es amor. Sólo te pido que no me olvides y quiero que sepas que sigo enamorado de ti como cuando te conocí.
Si te atreves, yo lo dejo todo. Pero ya no sé qué hacer, realmente nos asimilamos muchísimo, queríamos una vida juntos y duele la actitud que me has demostrado los últimos meses. Me arrepiento de lastimar el amor que una vez construimos.
La mujer de la que me enamoré cambió: hoy intentas actuar con indiferencia, te resistes a quererme, aunque en el fondo te mueres por darme tu amor; te volviste predecible a mis palabras y huyes porque tienes miedo a los prejuicios que inventaron para separarte de mis brazos, esas mismas mentiras que creíste para que dudaras de mi amor.
Te quiero más que a mi vida y que me parta un rayo si dejo de quererte algún día. No sé cómo lograste enamorarme, eres la primera mujer con la que conocí el amor y te juro que no miento si te digo que por ti daría la vida.
Me aferro a ti porque no quiero que nos perdamos los mejores años de nuestras vidas, me aferro a ti porque quiero que cumplamos nuestros sueños profesionales, me aferro a ti porque tenemos en la agenda muchos lugares para viajar, me aferro a ti porque quiero nuestra felicidad, me aferro a ti porque eres la mujer de mi vida, me aferro a ti porque eres la persona que siempre soñé, me aferro a ti porque te amo; porque añoro volver a tu lado y que todo lo demás salga sobrando, eso sería una realidad si estuviéramos dispuestos a lograrlo juntos, sino fuera tan cobarde y tú un poco más valiente.