Te sigo buscando…
Aún despierto por las noches agitado e incluso llorando después de soñar que tú podrías regresar para estar conmigo; no fuiste tú ni tampoco yo quien terminó con esta bonita ilusión, simplemente jamás nos dijimos adiós, no me volviste a buscar y respondí de la misma manera; mi maldito orgullo ¡oh sí!, este maldito orgullo me impidió volver a escribirte, estaba seguro de que tú lo harías pero es algo que nunca sucedió.
Te confieso que sigo pensando en ti, todavía miro nuestras fotografías, nos vemos tan felices y me pregunto cómo fue que todo terminó tan rápido. Considero necesario hacerte saber que me sigues gustado como el primer día que te conocí, es algo que no podría olvidar a pesar del tiempo que ha transcurrido desde que dejamos de vernos; las canciones que cantábamos juntos, esos lugares que frecuentábamos caminando siempre tomados de la mano.
Ahora todo es diferente y ya nada tiene el mismo sentido, tu recuerdo no me deja avanzar y esa ligera posibilidad de volverte a encontrar en mi camino me da esperanza, no de volver, pero sí de mirarte como solía hacerlo al contemplarte y perderme en el brillo de tus ojos. Espero escuchar un “hola” proveniente de esos labios de tono rosado y entonces siento tanta emoción, mi corazón se acelera al dar una vuelta, deseo encontrarte al cruzar la calle y verte ahí, sonriendo frente a mí.
Indudablemente sigues siendo parte de mí, de alguna manera tengo presente todas esas promesas que en varias ocasiones nos hicimos, comprendo que las palabras después de un tiempo pierden todo sentido pero no es en mi caso;
aún deseo volver a verte, no sé si ese día llegue, pero ansío poderte decir cuánto te extrañé.