Todas esas veces que te amé
Una vez te amé por primera vez, te amé con ternura y con todo mi corazón.
Una vez te amé sinceramente y me perdí dentro de tus ojos color café.
Una vez te amé con toda el alma y quise que así fuera para siempre.
Una vez te amé con celos y rencor, te amé con coraje y fuerza, te amé valientemente.
Y una vez, una última vez, te amé mientras te odiaba.
Ahora estoy ahogada en este juego tonto, como en una ruleta rusa esperando disparar, pero no sé si apretar el gatillo o callar.
Una y otra vez deseaba tu amor más que nada en el mundo.
Quería descubrirte y crecer con tus palabras, quería escuchar tu respiración como una melodía que tanto me gustaba.
Una vez y otra vez y tantas más veces que ya perdí la cuenta. Te dije adiós y tantas de esas veces regresaste a mí para decirme que me amabas tanto como yo a ti y era imposible olvidarme de tu existencia.
Y ahora estoy asfixiándome y no puedo respirar porque ya me cansé de no saber qué sentir; ahora estoy atrapada entre palabras que son mentiras sin acciones, que nada demuestran porque no hay nada que demostrar… tal vez todo es un juego dentro de simples frases sin explicación.
Una vez te amé perdidamente con esa loca actitud que comete muchos errores y no sabe nunca qué hacer más que amarte.
Una vez inundaste mi corazón y mis sentidos y cada respirar me hacía recordarte, decía tu nombre mil veces al día y tu imagen se dibujaba en mi mente, soñaba contigo y llenaba mis ilusiones de ti.
Pasionalmente pude amarte tanto como mi corazón pudo permitirme, tanto como quise, sin ningún límite. Una vez te amé y me entregué a ti en cuerpo y alma. Ahora estoy atrapada en esta tonta situación sin salidas, sin razones, sin amor y sin esperanzas, y lo más probable es que siempre te odie fingiendo que te amaba.
Ahora estoy aquí poniendo mi corazón en mis manos y mirándolo, preguntándome cómo pude regalarte algo que era tan preciado, algo con tanto valor para que lo regresaras con ese sabor amargo.
Después de todas esas veces, esta última vez regreso cansada, sin poder mirarte siquiera a los ojos, sin ganas de abrazarte, sintiendo que todo el amor que te tuve se tintó a color gris convirtiéndose en odio.
Porque después de todas esas veces ya no pude otra vez y entonces deje de amarte y ahora estoy aquí, recordando paso a paso cómo era el amor que te tenía y tratando de actuarlo para decirte que te amo, para llenarte de mentiras, para no hacerte sufrir.